Osteopatía

Es un método de terapia manual con técnicas diagnósticas y terapéuticas propias que a través de la destreza del terapeuta consigue restaurar el buen funcionamiento del organismo en su conjunto de manera que, además de eliminar una dolencia, ejerce sobre el paciente un efecto regulador que previene las recaídas a corto plazo y mejora su estado de salud a largo plazo.

En osteopatía la salud consiste en el correcto equilibrio de todos los sistemas y funciones del organismo desde el aparato locomotor al sistema visceral y cráneo-sacro. En este aspecto, tienen un papel fundamental los sistemas que relacionan todas las partes de nuestro organismo: nervioso, hormonal y fascial.

Salud=Equilibrio

“La enfermedad rompe el equilibrio del organismo, y
este busca un nuevo equilibrio haciendo adaptaciones”.

“El osteópata impulsa al organismo fuera de este
 equilibrio patológico hacía un nuevo equilibrio correcto”.

“La salud es el estado de equilibrio sin presencia
 de enfermedad física, psíquica y/o social”.

La osteopatía considera que hay una relación directa entre estructura y función y por lo tanto trata de relacionar no sólo problemas articulares, óseos y musculares, sino también viscerales, nerviosos y funcionales en la medida en que todos ellos pueden participar en la aparición de enfemedades. Se divide así en tres campos íntimamente unidos y que hay que abordar conjuntamente para dar con la causa primaria de la enfermedad. Los campos son estructural, visceral y craneal.

 
La osteopatía estructural se encarga de los componentes musculoesqueléticos de la disfunción.
Partiendo de una minuciosa exploración de la movilidad articular el terapeuta es capaz de elaborar un mapa de las disfunciones implicadas en la patología del paciente y de elegir aquellas técnicas manipulativas más adecuadas para cada caso.
Estos ajustes en la movilidad articular pueden producirse lejos de donde se asientan los síntomas del paciente pero el terapeuta experto es capaz de establecer una cadena de lesiones que se ha originado en otro punto distinto a donde aparecen los síntomas.


Problemas que trata: dolores de espalda, alteraciones musculares, articulares, tendinosas, posturales...


La osteopatía visceral considera la fuerte influencia que tienen los órganos y sistemas o parte de éstos en la aparición y establecimiento de los problemas de salud.
Desde la perspectiva osteopática, las vísceras se relacionan entre sí a través de sus envolturas y están ancladas al sistema musculoesquelético a través de ligamentos y otras estructuras que les sirven de sostén físico, vascular y nutricional formando lo que en osteopatía se denomina articulaciones viscerales.

Como tales son susceptibles de ver reducida su movilidad o experimentar un cambio en la biomecánica articular que debe ser ajustado para devolver a dichas vísceras su perfecta funcionalidad.

Bajo la premisa de la unidad del cuerpo, es fácil comprender como una pérdida de la correcta ubicación y movilidad visceral puede desembocar en problemas funcionales de dicha víscera u otras con las que se relaciona. También es posible que deriven en problemas y dolores musculoesqueléticos que el paciente nunca habría atribuido a una disfunción visceral.

Las patologías viscerales

  
La osteopatía craneal aplica los conceptos osteopáticos al movimiento de los huesos del cráneo y de la cara así como todas las estructuras musculares, vasculares y nerviosas relacionadas con el cráneo.

Cuando se habla de movimiento en las suturas y huesos del cráneo hay que especificar que son movimientos de bombeo y no angulares de manera que las maniobres de ajuste deben ser lentas y suaves. El terapeuta debe concentrar su atención para percibir las restricciones en el movimiento y para acoplar su gesto correctivo al movimiento intrínseco de estas estructuras.

La eficacia de estas técnicas de osteopatía craneal es muy alta si es aplicada por un
profesional experimentado y diestro en el uso de las mismas
Las patologías que se pueden tratar con estas técnicas son:

  • Cefaleas y migrañas
  • Sinusitis, rinorrea
  • Otitis
  • Parálisis del nervio facial
  • Neuralgia del trigémino
  • Alteraciones de los pares nerviosos craneales
  • Problemas de vértigo y del equilibrio
  • Alteraciones de la ATM, dolores dentarios
  • Post tratamiento odontológico
  • Deformidades craneales en recién nacidos, tortícolis congénita
  • Faringitis y glosofaringitis
  • Conjuntivitis, miopía, vista cansada 
que se pueden abordar con éxito: problemas de fonación, alteraciones respiratorias, hernia de hiato, gastritis, problemas digestivos, estreñimiento, colon irritable, incontinencias, patología del suelo pélvico, dolores menstruales, cansancio, bajo estado inmunológico…Existen además zonas clave o pivotes que suelen estar implicados en la mayoría de las disfunciones y que una vez ajustados contribuyen a una mejoría significativa en el estado de salud general del paciente.